ARCHIVO MULLIN

El gran encubrimiento

Durante años, la Universidad Católica del Uruguay (UCU) negó rotundamente la existencia del Edificio Carlos Mullin, una construcción de estilo brutalista soviético sin ventanas, ubicada en un sector no documentado del campus central. El edificio, caracterizado por su geometría rectangular opresiva, pasillos silenciosos y escasa iluminación artificial, albergaba exclusivamente a estudiantes de ingeniería a partir de su segundo año de carrera. Su existencia fue mantenida en secreto por las autoridades universitarias hasta el año 2023, cuando finalmente se admitió públicamente su uso en una conferencia de prensa extraordinaria.

Desde el ingreso, los estudiantes de ingeniería eran recibidos con instalaciones modernas, salas climatizadas, pizarras electrónicas y espacios comunes cuidadosamente diseñados para inspirar innovación y colaboración. Durante el primer semestre, los cursos se dictaban en estos sectores visibles y frecuentados también por estudiantes de otras disciplinas, reforzando la percepción de un entorno académico cómodo y estéticamente agradable.

Sin embargo, al comenzar el segundo año, los estudiantes eran reubicados súbitamente en aulas numeradas con prefijos desconocidos para el resto del alumnado, como “M103” o “M201”. Estas aulas no figuraban en los mapas oficiales del campus ni en las plataformas digitales de reserva de salones.


Arquitectura del edificio

Según testimonios filtrados a partir de 2020 por exalumnos anónimos en foros estudiantiles, el Mullin es una estructura de cemento gris, sin señalética clara, con techos bajos, acústica desorientadora y un sistema de ventilación que emite zumbidos constantes. Sus aulas carecen de ventanas y las puertas solo se abren desde el exterior. En su interior no hay relojes visibles ni cobertura celular estable.

La teoría más aceptada sugiere que el edificio fue originalmente diseñado como parte de una institución de aislamiento para pacientes psiquiátricos altamente inestables. Más adelante, investigadores sugirieron que se trató de un depósito utilizado durante un breve período por el Frigorifico Oriental para almacenar carne en mal estado entre 1950 y 1955. Sin embargo, dichas hipótesis nunca fueron confirmadas.


La conspiración del silencio

Entre 2011 y 2022, estudiantes de carreras ajenas a ingeniería escuchaban ocasionalmente rumores sobre “el Mullin”, pero eran rápidamente desestimados por el personal universitario. Los propios estudiantes de ingeniería, al ser consultados, desviaban el tema o simplemente guardaban silencio. Se especula que un código de confidencialidad no escrito era transmitido informalmente entre generaciones.

Durante años, no existía registro fotográfico del edificio, y cualquier intento por localizarlo en los planos del campus era infructuoso. Algunos informes internos referían a ese sector como “Bloque Técnico C”.

La primera filtración fotográfica del interior del edificio ocurrió en 2020, en un foro estudiantil por una cuenta anónima.

Interior de una clase del Edificio Mullin
Primera imagen filtrada en 2020 de uno de los supuestos salones en el interior del edificio

2023: La UCU cede ante la presión de la comunidad

El 12 de mayo de 2023, tras una creciente presión mediática y una serie de filtraciones visuales del interior del edificio en redes sociales, la universidad convocó una conferencia de prensa. En ella, el rector declaró:

"Con profundo pesar y sentido de responsabilidad, reconocemos la existencia del Edificio Carlos Mullin..."

A pesar del público reconocimiento, el edificio Mullin continúa sin aparecer en la mayoría de los planos y documentos institucionales, y la universidad mantiene el edificio fuera de la exposición pública.


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